En un rinconcito elegante de El Poblado, se encuentra un oasis culinario llamado A la parrilla cocina clandestina. Un lugar donde la magia del fogón se transforma en una experiencia sensorial única, de la mano del chef Felipe Arboleda, un alquimista del sabor.

Felipe, un hombre con la sonrisa tan amplia como su sazón, nos recibe en su restaurante con la calidez de un viejo amigo. El ambiente es íntimo y acogedor, con una decoración que mezcla lo moderno con lo rústico, creando una atmósfera elegante pero a la vez familiar. La luz tenue, la música suave y un aroma proveniente de la cocina, nos anuncian que todo será a pedir de boca y completan la escena.

Felipe Arboleda, chef de A la Parrilla Cocina Clandestina.

La carta de A la parrilla cocina clandestina es un viaje por el mundo en cada bocado. Desde carnes asadas a la perfección -y al gusto- hasta pastas frescas con salsas de ensueño, pasando por empanadas argentinas que te transportan a Buenos Aires y quesos papialpa asados que te hacen sentir en el mismísimo corazón de Colombia.

Cada plato es una obra de arte, una explosión de colores, texturas y aromas que cautivan a los sentidos. La colita de cuadril -o picaña- sobre cama de chimichurri acompañada de puré de plátano maduro. Los raviolis de calabaza rellenos de quesito. Las empanadas, doradas y crujientes, esconden un relleno sabroso y especiado. Y el queso papialpa, asado a la perfección, se convierte en una experiencia única e inolvidable.

Empanadas argentinas.

Pero no solo la comida es un deleite en A la parrilla cocina clandestina. Los tragos, preparados con esmero y creatividad, son el complemento perfecto para cada plato. Cócteles clásicos con un toque personal como lo es la flor eléctrica, cultivada por el chef y que agudiza las papilar gustativas permitiendo un disfrute total. Vinos cuidadosamente seleccionados y cervezas artesanales se suman a la experiencia para crear un festín para los sentidos.

Felipe, un maestro de la cocina, se pasea por el restaurante saludando a los comensales y asegurándose de que todo esté perfecto. Su pasión por la comida es contagiosa y se refleja en cada detalle. Su cocina es un reflejo de su personalidad: creativa, innovadora y llena de amor.

A la parrilla cocina clandestina no es solo un restaurante, es una experiencia. Es un lugar donde el tiempo se detiene y los sentidos se despiertan. Es un espacio para disfrutar de la buena comida, la buena compañía y la magia del buen vivir.

Si estás buscando un lugar especial para celebrar un aniversario, una reunión con amigos o simplemente una cena romántica, A la parrilla cocina clandestina es la opción perfecta. Déjate sorprender por la magia de Felipe y su equipo, y disfruta de un festín clandestino que despertará todos tus sentidos.

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